DEPENDENCIA FINANCIERA
Al jubilarme, uno de los temas que entendí debería ser motivo de preocupación y ocupación, fue el colaborar en el fomento de la #EducaciónFinanciera. Preocupación, que sigue vigente años después, actualmente originada por la gestión que lleva el sistema bancario para integrar su #digitalización.
No voy a entrar en datos y cifras de qué personas dominan o no internet, o de cuantos de más de 65 años lo utilizan. Voy a poner un foco, en la mencionada e inevitable digitalización, qué debería ser un proceso, entre otras cuestiones para reducir costos (a menos volumen de negocio, menos oficinas y menos empleados), pero con el objetivo y finalidad de hacer la vida más fácil a los usuarios. La realidad es distinta, el mundo evoluciona a más complejo, pero más para unos que para otros.
¿Se debería echar toda la culpa al ciudadano? ¿Principalmente a aquellos que no se han capacitado digitalmente? Sigo pensando y denunciando, que la responsabilidad es de quién diseña los procesos. Es decir, los clientes, los usuarios, no son responsables de no comprender, de no entender, las aplicaciones u operatoria digital de un banco. La operatoria, si no es entendible y sobre todo utilizable por la gran mayoría de los usuarios, no está bien creada.Recientemente, se ha hecho viral una iniciativa del médico jubilado Carlos Sanjuan, reivindicando acciones a favor de un importante colectivo de clientes afectados por los nuevos procedimientos en la atención del sistema bancario, habiendo recogido más de 600.000 firmas. Ojo, no digo que no haya sido necesaria y oportuna, pero…
Personalmente, la hubiera firmado si la petición hubiera ido a favor de adaptar los procesos y procedimientos de atención, no sólo de los bancos, sino de todos los afectados, desde las AA.PP., Organismos Públicos, Hacienda, Seguridad Social, entidades, compañías de servicios y suministros, de seguros, ITV, trámites DNI…
¿O es que ha quedado algún servicio con atención directa y personalizada sin contacto previo telemático? Cómo comenté en el artículo anterior, hoy día es imposible acceder a un servicio del gobierno de Aragón, sin cita previa telemática. Mención aparte, por su incidencia en el colectivo de personas mayores, es la operatoria de un sistema tan básico cómo el SALUD.
Volviendo al sistema bancario, me surge una pregunta ¿Se debe trasladar un problema social al sector privado? Convencido, me replicarán que el problema lo han generado los bancos, ellos lo tienen que solucionar, pero reitero que los que tienen que predicar con el ejemplo y marcar las estrategias a seguir, son las propias AA.PP. y Organismos Públicos.
No obstante, me cuesta creer que a los directivos bancarios no les preocupe el tema. ¿Alguien piensa que a la banca no le interesa más de 9 millones de clientes, los jubilados? Estoy convencido, las entidades bancarias aplicarán medidas para readaptar la atención a sus #ClientesSenior. Particularmente, dentro de mi preocupación por la educación y cultura financiera, me gustaría que más que recoger firmas, se deberían buscar alternativas para paliar y reducir la #DependenciaFinanciera.
La primera medida que adoptaría sería transformar oficinas con colores fuertes y hostiles cómo alguna destacada entidad, en oficinas amables con los clientes y usuarios. Otra, hacer ¨cuasi obligatorio¨ la asistencia a Talleres de Finanzas Básicas y para reducción de la brecha digital, facilitando el conocimiento y experiencia usuario al mayor número posible de personas, incluido las mayores, por supuesto adaptados a las necesidades de cada colectivo.
Y una fundamental ¿Se ha generado un nuevo nicho de negocio para banca especializada en personas mayores? Estoy convencido qué alguna Entidad de las denominadas ¨pequeñas¨ podría reinventarse y especializarse. O…¿en este campo tendría sentido una banca pública? ¿Usted que otras medidas propondría?
Hablando de dependencia financiera, no puedo olvidarme de la repercusión en gran parte de los habitantes en localidades de la denominada España Despoblada, que no tienen posibilidad de acceder a los servicios bancarios mínimos. No obstante, dejar constancia que España, sigue teniendo una importante red de oficinas bancarias, concretamente la segunda más extensa de la Unión Europea. Cuestión distinta y que da para un debate, es la sostenibilidad de algunas de las medidas que se anuncia van a tomarse.
Para aquellas localidades que no disponen de servicios bancarios, desde las entidades financieras y algunas administraciones regionales y provinciales, se están tomando medidas para facilitar el servicio y reducir la #ExclusiónFinanciera. Se ha iniciado la instalación de cajeros automáticos, y otra medida ya en marcha, más de 600 localidades se atienden con Ofibuses. Ya funcionan 25 autobuses oficina, que atienden a medio millón de ciudadanos de estos núcleos. Y también Correos, está con iniciativas para acercar el servicio financiero a los núcleos más pequeños.
Otra (demagógica) iniciativa es la Plataforma Denaria, cuyo presidente es Javier Rupérez. Creada para la defensa del uso del dinero en efectivo como método de pago accesible a toda la población. Ha elaborado y publicado las conclusiones de una encuesta sobre la permanencia de transacciones mediante este sistema de pago. Según el estudio, el 90% de los españoles defienden la permanencia del efectivo como medio de pago. Nadie duda que durante unos años, convivirá con otros medios de pago, y otro tipo de moneda.
Finalizo con algunas reflexiones ¿Se ha diseñado el proceso adecuado de transición hacia la inevitable adecuación/modernización (donde se contempla la digitalización) de las estructuras empresariales? ¿Se han previsto alternativas analógicas de adaptación? ¿Se debería hacer en dos (o tres) velocidades, en función tipología de clientes?
Miguel Angel OTIN LLORO