ESPÍRITU ANIMAL
Qué satisfactorio me ha resultado escribir sobre las comparaciones, denominaciones, referencias o metáforas del mundo animal con el mundo de la economía. En la serie de artículos dedicados a la ¨zooeconomía¨, he compartido con ustedes sobre los comportamientos de los cisnes negros, rinocerontes grises, caballos blancos, unicornios y gacelas, ratones y elefantes, y sobre los toros, osos y otros animales.
Se podría redactar otro artículo sobre los directivos HIPPOS y ZEBRAS, pero es un tema específico, técnico y concreto. Sería preferible lo escribiera José A. De Miguel, experto entre otras, también en esta temática. No obstante, decido finalizar esta serie dedicando atención no a un animal en concreto, sino al ¨espíritu animal¨ que se encuentra detrás de muchas decisiones económicas de las personas. Convencido expertas psicólogas como Esther Claver, Patricia Tisner o Carmen Bailín, lo realizarían mucho mejor y con otra perspectiva.
Ese espíritu o instinto animal, genera motivaciones espontáneas y emociones que influyen en el comportamiento humano, y más en concreto en los consumidores. Muchas decisiones que se toman al respecto dependen más del optimismo, o del pesimismo, que de análisis matemáticos o de expectativas reales.También se asocia a comportamientos en bolsa. En épocas excepcionales como la covid-19, recordemos las decisiones tomadas al respecto durante el pasado mes de marzo. Hay que aplicar racionalidad a los aspectos psicológicos. Con miedo o euforias, los comportamientos son irracionales, conviene ser analítico, observar las tendencias e importante depurar determinadas informaciones. En artículo anterior, ya mencioné el ¨efecto rebaño¨.
Destacar la interrelación entre la salud, la economía, la confianza y la incertidumbre. El comportamiento del PIB en el tercer trimestre ha resultado positivo, posiblemente por las noticias positivas en esos momentos sobre las mejorías en el apartado salud. Este trimestre que son peores y con incertidumbre, seguro obtendrá malos resultados.
La Factoría Disney, es la empresa que más estudia las emociones de las personas. Cada capítulo que graban, es visionado por un grupo multiprofesional (psicólogos, antropólogos, sociólogos…) para analizar las sensaciones, emociones, reacciones, expectativas…que podrán generar en las personas interesadas por sus películas.
En un artículo sobre decisiones de compra, no puede faltar el tema Amazon. En reciente reunión, uno de los asistentes comentó que desde naves de un Polígono industrial de Huesca (calculando las furgonetas por los paquetes que pueden transportar) salen a diario sobre 7.800 paquetes con destino a compradores de la provincia. Sin entrar a valorar si todas las compras pueden calificarse de ¨compras compulsivas¨, está demostrado que el confinamiento en cierta medida favorece las compras mediante esa plataforma. Y otro aspecto muy comentado, su efecto sobre el comercio local. En este apartado coincido con la opinión de otro asistente ¨si no puedes luchar contra tu enemigo, aliate con el¨… o aprende de el.
En este punto, mi llamamiento es para los consumidores, que en todo momento y en todos los escenarios, las compras deben ser conscientes y responsables. Su incidencia es muy significativa en muchos aspectos, cómo en el comercio local, productos Km.0, medioambientales… y el empleo.
Finalizo con una reflexión/recomendación, !las empresas no deberían vender productos, deben vender emociones!
Miguel Angel OTIN LLORO
Publicado en DIARIO DEL ALTOARAGÓN "AltoAragón Económico" (08-11-2020)
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