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martes, 13 de octubre de 2020

Ratones y Elefantes

RATONES Y ELEFANTES

Siguiendo con la Zooeconomía y cómo continuación de artículo anterior dedicado a las empresas unicornios y a las gacelas, dedico este a las empresas ratones, a las elefantes, y… a las cucurachas.

En 1979, el economista americano David Birch, profesor del MIT, utilizando nombres de animales, categorizó a las empresas en tres niveles, ratones, gacelas y elefantes. Posteriormente con el nacimiento de las startups (empresas que se basan en la tecnología para producir sus productos o realizar sus servicios), se incorporó una cuarta nominación, las empresas unicornio. Quedando en la secuencia más reconocida actualmente, de ratones, gacelas, unicornios y elefantes. También existe una quinta categoría, pero muy poco aludida, las empresas cucaracha. Se denomina así a determinadas startups que trabajan en entornos poco favorables, donde las circunstancias les obligan a ser realistas y austeras. Actúan sin prisas, constantes, sin ruidos, consolidando sus posiciones de mercado, con buenos productos o servicios.

Las empresas ratón, cómo puede suponerse son pymes, pequeñas y medianas empresas, hasta 100 empleados, con estructuras y organigramas cortos, con escasa capacidad de creación de empleo, soportan mal las situaciones de crisis, debido a su reducida capacidad de evolución,  y su principal objetivo es sobrevivir como empresa. Dato significativo afín a estas empresas, que en conjunto emplean a un alto número de personas.

Las empresas elefante, son aquellas grandes empresas, que cotizan en bolsa, con estructuras y organigramas complejos, y generalmente actuando en varios países, es decir multinacionales. Su denominador común, sus importantes tamaños, cifras y recursos económicos, pero son lentas de movimiento y comparten una cultura conservadora de gestión.

Pueden ser con larga vida empresarial, con adquisiciones y muchos cambios en el accionariado, o de reciente constitución, como los gigantes tecnológicos (Google, Amazón…).

La primera vez que escuché oír de una empresa elefante, fue sobre el año 1990, cuando un compañero director de una oficina de Madrid, se refirió a la entonces Caja Madrid, exponiendo que cómo era una entidad tan grande, era cómo un elefante y en su lento caminar ¨se le iban cayendo los clientes¨ y los recogían otras entidades.

Todas las empresas y especialmente las grandes, tienen que adaptarse a los cambios, y a la necesidad de evolucionar. Factor determinante es la exigencia de la sociedad de que en base a su responsabilidad empresarial, sean agentes para crear un mundo mejor, puesto que disponen de recursos y talento para hacerlo.

Soy consciente de que estas calificaciones son utilizadas en determinados círculos y ambientes. Personalmente, me satisface más categorizar a la realidad empresarial de nuestro país, de la siguiente forma:

  • -       Pymes, sin empleados. Alude a los autónomos sin asalariados.
  • -       Microempresas: hasta 9 empleados
  • -       Pequeñas: de 10 a 49 empleados
  • -       Medianas: de 50 a 249 empleados
  • -       Grandes: Más de 250 empleados.

-    Independientemente del impacto que genere la covid-19 en el mundo empresarial, el último registro ¨Cifras Pyme¨ del Ministerio de Industria, contempla:

  • -       Número de empresas:  3,3 millones, que emplean a 16 millones de personas
  • -       Pymes, sin empleados: 1,7 millones.
  • -       Microempresas: 1,3 millones, con 3,4 millones de empleados
  • -       Pequeñas: 155.000, con 3 millones de empleados
  • -       Medianas: 25.000, con 2,4 millones de empleados
  • -       Grandes: 5.000, que emplea a 5,5 millones de personas.

Destaco la importancia de las pymes dentro del tejido empresarial español, tanto en número de empresas, cómo del número de asalariados que las conforman. El sector más importante en estos aspectos, es el sector servicios. Y lo fundamentales que resultan para el progreso económico del estado.

Finalizo comentando un importante hecho reciente, relacionado con una empresa oscense. Concretamente de IriusRisk, (antes denominada Continuum Security) e instalada en Walqa. Esta calificada como startup del sector ciberseguridad, su actividad es la de desarrollar una plataforma para ayudar a los desarrolladores a prevenir brechas o agujeros de seguridad en sus códigos. Acaba de obtener en una ronda de financiación, cerca de 6 millones de euros, para seguir creciendo. Mantiene su sede en Huesca, y ya abiertas oficinas en Reino Unido y Estados Unidos. Se demuestra una vez más, qué en este mundo global, desde Huesca, se puede llegar a todo el mundo. 


Miguel Angel OTIN LLORO

 Publicado en DIARIO DEL ALTOARAGÓN "Tribuna Altoaragonesa" (12-10-2020)

 







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