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viernes, 31 de diciembre de 2021

Barcelona, Zaragoza, Pirineos



BARCELONA, ZARAGOZA, PIRINEOS 

Se ha presentado en Jaca y Zaragoza, por parte del presidente aragonés Lambán, acompañado del presidente del Comité Olímpico Español, la precandidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno para el año 2030. Por otro lado el presidente catalán Aragonés, también está ¨llevando su guerra¨. Se está trabajando para conseguir una candidatura conjunta de Aragón y Cataluña, y poderla presentar en la primavera del 2022.

Y a fecha de hoy su denominación, será ¨Barcelona, Zaragoza, Pirineos¨. Antes de entrar a valorar si es la mejor denominación posible, idónea u óptima, dejar constancia que defiendo que el entendimiento político, social y empresarial de ambas regiones, es una de las principales condiciones para presentar una candidatura con posibilidades de ganar la nominación.

La precandidatura aragonesa, prevé que se multiplicaría por 10.000 la imagen de nuestro territorio. Raúl Gascón, en este mismo medio (el 26 de noviembre) exponía que la audiencia total de estos Juegos Olímpicos de Invierno, alcanzarían una audiencia de casi 2.000 millones de espectadores, que los videos en redes sociales superarían los 1.600 millones, y 160.000 horas de televisión y medios digitales. Se presumen cifras de alto impacto.

Según el presidente del COE, unos Juegos de Invierno movilizan a más de 3.500 deportistas, más los técnicos, entrenadores, medios de comunicación, público y miembros de los cien países que participan. Y lo más importante para nuestro territorio, las millonarias infraestructuras para acoger tanto a las competiciones, como a todos intervinientes, acompañantes y visitantes.

Si todo son ventajas y oportunidades ¿Qué problemas existen para no presentar una candidatura conjunta aragoneses y catalanes? No obstante, me surgen algunas reflexiones:
  • ¿Realmente hay voluntad entre los políticos de ambas comunidades?
  • ¿Los catalanes, están por una candidatura conjunta?
  • ¿Los Pirineos y sus estaciones de esquí, no tienen fuerza y marca suficiente? Pienso que SI, y en consecuencia son merecedores y dignos candidatos para albergar unos Juegos Olímpicos de Invierno
Soy un enamorado de las alianzas, en consecuencia ¿No sería preferible una candidatura conjunta de todos los territorios de los Pirineos? No olvidemos que sus 450 kms. de longitud, están conformados por territorios de Andorra, Cataluña, Aragón, Navarra y Francia. ¡Eso sería una candidatura de éxito seguro!

También soy consciente de que si es complicado ponerse de acuerdo dos comunidades, mucho más lo sería ponerse esta candidatura de territorios múltiple. Pero igual nos tendríamos que plantear que es preferible, ser una quinta parte de una candidatura de éxito o ser la mitad (débil) de una candidatura con menos posibilidades.

Y no puedo finalizar sin una mención a la citada denominación. ¿Es la más correcta? Dando por sentado que ¨Pirineos¨ es una marca con fuerza suficiente y que define dónde se celebran principalmente algunas de las pruebas de la competición, entiendo, pienso… que ¨Barcelona¨ y ¨Zaragoza¨, han sido determinadas por los especialistas en marketing, al ser las dos ciudades más conocidas, y a su vez capitales administrativas de cada región. ¿Hubiera sido preferible…¨Juegos Olímpicos de Invierno 2030 Pirineos de Aragón y Cataluña?

Seguro me dirán, que lo importante es que se celebran en nuestro territorio. Abrir el debate que sí Zaragoza o Aragón, es abrir ¨muchos melones¨…uno de ellos ¿Universidad de Zaragoza o Aragón? Pero entenderán qué desde la provincia de Huesca, estemos un poco…¿Nos resistimos a ser aragoneses de segunda división? Y no hablo de fútbol.

                                                                                                                     Miguel Angel OTIN LLORO

Publicado en Aragón Digital (09-12-2021)


lunes, 13 de diciembre de 2021

Desigualdad y tecnología



DESIGUALDAD Y TECNOLOGÍA 

El 1% de la población española, es poseedora de la cuarta parte de la riqueza del país, y si consideramos a un determinado 10% de la población, esta posesión asciende al 57%. Evidentemente esta desigualdad, no es achacable a la tecnología. Pero indudablemente  la propia tecnología, a la vez que es una gran herramienta de progreso, está generando desigualdad y brechas.

La realidad del mundo que nos toca vivir (guste o no), es qué cada vez es más digital. Con sus ventajas e inconvenientes, y uno de estos inconvenientes, qué su implantación está generando desequilibrios tanto en zonas y territorios, cómo en las personas. La discriminación tecnológica, al no facilitar a todas las personas los recursos necesarios, constituye una auténtica forma de pobreza y exclusión social. Proceso que se ha acelerado con la pandemia.

Son diversos los sectores o colectivos que están viéndose afectados. No podemos obviar a los mayores, que en gran medida se ven sobrepasados tanto por las herramientas digitales, como por las estrategias de las organizaciones para adaptarse a la inevitable transformación digital. Cada vez quedan menos ámbitos de la vida de estas personas, que no estén afectados por la citada digitalización.

Todos hablamos de la brecha digital, brecha que puede calificarse de acceso, de uso y de calidad de uso. Afecta al 42% de los hombres y al 52% de las mujeres. Y a la vista de datos del portal de World Stats (mayo de 2020), también va por territorios, en África solo viven conectados el 39 % de sus habitantes, frente al 87 % de los europeos y el 95 % de los norteamericanos. 

Si esta brecha digital, se atribuyó inicialmente al subdesarrollo, habiéndose puesto muchas expectativas en que la tecnología ayudaría a erradicar dicha situación, la realidad es que la fractura, la brecha permanece. Se ha popularizado la tecnología, pero posiblemente no en los términos deseables. Pueden ser causas determinantes, el precio de los dispositivos, la falta de conocimientos y la carencia de infraestructuras.

¿Alguien sabe que tenemos que hacer? Quiero pensar que si, y por supuesto también quiero pensar que desde todos las organizaciones responsables, están tomando medidas. En mi opinión, la primera sería establecer programas de alfabetización digital y de educación digital (entiendo son niveles diferentes), estableciendo procesos de aprendizaje y de mejora, que permita a las personas adquirir competencias para entender y aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías, en sus diversos aspectos, educativo, económico y social. Y potenciar la Alianza para un Internet Asequible (A4AI), particularmente en las zonas más desfavorecidas, con la intención de mejorar su bienestar personal.

Considero prestar atención a la Tecnología Inclusiva. Aquella que busca facilitar y dar herramientas para la autonomía y la comunicación de personas con discapacidad. La necesidad del desarrollo de tecnologías que ayuden a personas con cualquier tipo de dificultad en sus capacidades físicas o mentales, se ha extendido en los últimos años y son muchas las iniciativas al respecto. Tratan de favorecer la participación en la sociedad y ofrecer herramientas para la comunicación y autonomía de estas personas. No olvidemos que el 10% de las personas, son personas con otras capacidades.

Poniendo el foco en la vida diaria… ¿la tecnología nos ha hecho más felices? La felicidad se puede medir por varios parámetros, renta per cápita, servicios sociales, esperanza de vida, libertad, solidaridad, generosidad…Y aunque la tecnología puede ayudar a disponer y disfrutar de mejores servicios y sistemas sociales y sanitarios, también puede contribuir a un mayor control de nuestra vida, censura y pérdida de libertades.

Reitero qué las principales consecuencias por la ¨expulsión digital¨, son la incomunicación, el aislamiento, el suponer una barrera al estudio y al conocimiento, acentúa las diferencias sociales y reduce las opciones para encontrar empleo. Desde #SEA, la Plataforma Sumando Empleo Aragón, constituida en pura pandemia, se ha diagnosticado entre otros, este punto débil y amenaza, y se estamos poniendo en marcha iniciativas para paliar esta deficiencia y anomalía.

Para finalizar, me hago eco de unas palabras de la diputada de Cs, Sara Giménez, que me encantaron: ¨De las trampas de la pobreza, se sale con educación y empleo, no con asistencialismo¨. Coincido en qué la ¨educación es la palanca de oportunidades de futuro y de la igualdad¨.

Miguel Angel OTIN LLORO